sábado, 30 de agosto de 2014

La diosa muerte

Y a la llamada de sus compañeros la diosa muerte salió de su letargo helado y abrió de nuevo los ojos al mundo que había abandonado. En su corazón faltaban todos aquellos hermosos sentimientos que una vez había albergado y que ella había extinguido en un intento desesperado de sobrevivir a la tristeza. Sin embargo, pese a su dolor, no había sido capaz de destruirlos por completo y una ligera reminiscencia había imbuido aquel colgante que escondía bajo su ropa y que de vez en cuando rozaba su piel cálidamente, como esa caricia añorada y perdida para recordarle que era humana y sentía.


domingo, 24 de agosto de 2014

Las hadas del desierto

Livianas, fuertes, ardientes y mortíferas. Hadas guerreras de sangre mágica que viven en lugares que todas las demás abandonaron. Hadas y silfos traidores que adoran e invocan al fuego que consume los árboles. Viven en los pequeños oasis o en las montañas rocosas que rodean el desierto de dunas doradas sin echar de menos los frondosos bosques donde habitan las otras tribus de su especie. Son las dueñas de la arena.




martes, 19 de agosto de 2014

¡Playa, playita, playa!

Aunque parezca mentira hasta este fin de semana aún no había pisado la playa. Me tiré todo Julio en Madrid haciendo un curso y trabajando, completamente desconectada. Luego, pasé la primera semana de agosto en Granada visitando a la familia, y este finde, por fin, visité la playa. Fueron dos días pero me lo pasé en grande, todo el día jugando a las palas con mi hermano y bañándonos en el mar. Me sentí como si volviera a tener diez años. Así que aquí traigo un dibujo playero para conmemorar mi primer día de playa del año.


sábado, 9 de agosto de 2014

Aquellos veranos

El verano es nuestra meta durante mucho tiempo, pero al menos para mi, nunca es tan espectacular o genial como tenías planeado. A veces echo de menos mis seis, siete u ocho años. Jugar en el campo hasta el anochecer con el resto de chiquillos del barrio. Que si el escondite, el balón prisionero, pilla-pilla, poli-ladron. la rayuela, hacer carreras de bicis y cocernos los pies en los patines. Y la piscina. Adoraba mi barrio cuando era pequeña; no había tráfico y frente a mi casa todo era un campo de margaritas. Las puertas de las casas estaban siempre abiertas y nosotros corríamos de unas a otras, jugando. Muchos de mis recuerdos más dulces están en esos años infantiles de verano, grabados a fuego en mi memoria. Aún ahora, salgo a la calle y nos puedo ver jugando y nos oigo reírnos y entonces me pregunto a dónde fueron aquellos veranos.